Un día José compró unas semillas de tomates y las sembró en el huerto de su casa. Él no sabía que las semillas eran mágicas. Cuando José se despertó a la mañana siguiente, las plantas de tomates habían crecido mucho y en vez de tomates salían unas bolitas de diamantes muy brillantes.
José invitó a toda la gente del pueblo para ver lo que había ocurrido.
Cuento de Andrés Breja
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