Había una vez un gallo, una vaca y un perro que vivían en un cortijo.
Una mañana se encontraron una caja de pinceles y acuarelas. Decidieron entre los tres pintar el muro de aquel antiguo cortijo. El mural quedó tan bonito y colorido que una mañana de primavera unos turistas paseando se quedaron prendados de aquel cortijo y decidieron hacerlo un museo con todos los dibujos que el gallo, la vaca y el perro dibujaron por todas sus paredes.
Cuento de Carmen Mesa
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